Image Hosted by ImageShack.us Bodrio Angelical: A la defensa de la Mafia...

viernes, octubre 22, 2004

A la defensa de la Mafia...

Desde chiquilín, siempre quise pertenecer a la mafia. No sabía muy bien qué era eso, si acaso algunas pelís de Los Intocables, algún cuento, historias de mis primos más grandes, no lo sé. Pero el vocablo Mafia sonaba como lo indicado. Desde niño me he recordado al margen. Ya fuese al cometer mano en un partio de futbol, o hacer trampa en los voladitos, hacer una excursión al salón y recuperar mi trompo de madera que la maestra Bere me quitó, aventarles bolsas con agua a la secundaria que estaba a un lado de mi primaria, imaginar que éramos mafiosos.

Por supuesto, luego con los años, supe que todos los niños se imaginaron alguna vez así. Si no todos, cuando menos muchos. La Mafia. La Mafia, tan tán.

Imaginarte con tu pistola enfrentando a lo desconocido. Por supuesto, la pistola como un gran falo de hierro escupiendo fuego y destrozando. Corriendo de un lado a otro, reventando cosas. Claro, era estúpido, aún lo soy. Y no me imagino causando daño a las personas (inocentes, jeje)

Ahora que todo es una gran mafia, que la mafia por aquí, que la mafia por allá; me parece más romántica (de Romanticismo, no de sentimientos) la idea de reventar cráneos de desconocidos, que mantenerse sentadito y haciendo llamadas telefónicas para reventar al grupo contrario, escribir para que las letras hagan reaccionar a la gente a nuestra conveniencia. Ser un marginal y necesitar no serlo. Jugar al odio con una sonrisa de aprobación. De niños, si Juanito me caía mal, le pegaba. Hasta montón le hicimos a un niño que era muy fuerte para Omar y para mí, y pues la unión hace la fuerza, eran tonteras, jugarretas, ni siquiera golpeábamos con odio, era un buen juego, que no pocas veces perdí.

Ahora, jugar con las palabras, como todo ser civilizado, clavar la daga en la espalda, mentir, sonreir, el mismo choro de siempre, ese rollo que ya nos ha cansado, ahora donde lo politicamente correcto está en el margen de lo politicamente incorrecto. Todos somos cabrones, pero no levantamos una mano en contra de nadie. Eso no lo hacen los seres civilizados. Una gotita de hiel envuelta en un cascarón de azucar. Una flor en la boca de dientes caníbales, una mamada.

Algunas cosas voltean a ver a su contraparte, y se destroza lo destrozado. Se encubre para no mentir, se sonrié para no tener problemas, se hacen favores para tener aliados, pero cuando esta máscara cae... no puede ser que hayamos perdido. Aún así, seguimos hablando, diciendo cualquier estupidez para no caer. para no aceptar el error, para no saber de nuestra maldad. O al contrario, la parte más ruin, hacemos algo por partes, ajá, una mamada este post. Osea, yo soy un malandro por carta, soy un marginal en prensa, soy un tipo de cuidado cuando escribo poemas (jejejejeje, que marikonada, de falta de wevos, no de homosexualidad) mis palabras son tan profundas, cuando estoy ebrio, soy tan imb´cil que los que desean saber, son imbéciles. Y todo ese gran bagage que puebla nuestras mentes.

--A lo mejor no debí ocultarte la verdad. Pero tú no me entiendes.
--Qué quieres que te entienda, te equivocaste.
--Lo que ocurre es que eres un... nada, ya olvídalo.
--...