cables de tensión

tanta tensión sexual va a terminar .

Ella, la mujer que me uiliza por las mañanas, levanta una mano y la deja caer violentamente sobre mi rostro, lucecitas de tonos cálidos saben a sal caliente. Levanta su tobillo izquierdo con todo el deseo del mundo, y luces cálidas se despiertan en mi rostro.

tanta tensión sexual

tantos golpes bajos

tanta muerte sin siquiera haber iniciado.

de tanta muerte está formado nuestro deseo.

Es esa mujer, la que me despierta de madrugada y llega una hora tarde, la que viene y se va y se viene y se va, y yo me quedó más flácido que un pene con problemas de erección, y ya no me puedo levantar, un miedo terriblemente anacrónico me adormece y duro días así, hasta que ella regresa, y todo regresa, y todo vuelve, y todo es un círculo viajando por el espacio terriblemente cálido, terribles naranjas y cafés vuelan como nubes de sangre mestrual, y el círculo cada vez más abajo, cada vez más cerca del piso, cada vez siento aquel círculo como una márgarita clavada en los pezones, como una rosa deshojada igual que una virginidad expropiada, como un clavel flotando en las venas, como una violeta en el sexo de mujer, sin metáfora, una violeta en el sexo de mi mujer elástica.

Y ese gran y enorme círculo nos envuelve, nos transforma, nos dicta, nos acomete, me interrumpe cuando estoy muriendo de a poco en mi cama con más muerte. Cuando mi cabeza va a estallar de tanto alcohol y allí entra el corazón. Acorazado. Descubierto. Débil como la muerte de un nonato.
Me está destruyendo la cabeza y allí entra el maldito corazón bombeando sangre a mis testículos, bombeando sangre a mi pene, bombeando sangre y esperma a mi cabeza, bombeando muerte a mis ventrículos, bombeando el círculo que nos envuelve.

Tanta tensión sexual va a acabarnos.