Sin justificación.

Las cordilleras están durmiendo dos horas más, me dijeron por la mañana. Que si por favor le llamaba más tarde. Dos horasmás viéndolas desde estas tierras bajas y no poder ir por ellas. Llevo varios días tratando de escalarlas, varios días en que no me atrevo a sentir su verde piel.

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En la vida, mi maestro me ha pedido un proyecto editorial, una justificación para dar a luz un libro, para mí lo más fácil es autoeditarme, o tal vez hacer una antología. Me decido por la autoedición. Me ha pedido que haga un plan, que le entregue un formato, la manera de distribuición, con eso todo va bien; pero también me ha pedido una justificación. El por qué merece ese libro nacer, o por qué se debe gastar papel en sus hojas, por qué la sociedad se va a tomar la molestia de leerlo, o de hojearlo, por qué. No he sabido que responder.

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Las cordilleras de lejos parecen más cercanas. Alcanzo a mirar su cuerpo de mujer nadando en una laguna espesa, su vientre golpeando contra el agua y su llanto cálido salido de su boca. Su cabeza está coronada por flores y violetas de distinta especie. Esas cordilleras son un adjetivo para el mundo.

No he podido responder nada a mi proyecto de edición. No tengo nada qué decir, no tengo justificación. Yo que siempre me creí ecologista, ahora he pensado en asesinar unos cuantos árboles para mis propósitos (que sea los que sean, no los conozco) ya ni siquiera puedo poner tres puntos supensivos, tampoco me voy a enfrascar en el diálogo de embellecer al mundo, no me gusta mentirme. Lo mejor es decir (Zappa ditxi) que será una coedición con Charmín, cuando se acabo el papel higiénico, allí estará mi poemario.

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La tierra como queirendo volar, la tierra en movimiento. La nadadora terrestre. Si la miras de a poco, y sigues su trayectoria verás las brazadas, los pataleos, su estela. Dos horas seguirá durmiendo, debo esperar en lalínea telefónica. Dos horas no son tanto, pero me desespero y quisiera ternela aquí. Además ha pasado mala noche, yo también, pero estoy más acostumbrado.

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Yo no tengo nada qué inventar, todo se va creando a mi paso, dijo el Diablo, y no por eso dejó de ser, cuando alguién dijo crear todo. No tengo nada que aportar, nada cambiaría el utilizar las palabras a mi favor. Pero nada he creado, a pesar de que ese parezca el camino. Las cordilleras ya estaban allí, lo único que hice fue mirarlas con ojos nuevos, lo único que hice fue amarla como si ella se fuera a tragar el tiempo con sus ojos. Bellísima mía. Duerme, te espero para escalarte.

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No he puesto nada de justificación, y a pesar de eso, creo que es la mejor justificación. En una hora, el maestro me pedirá mi proyecto, se lo entregaré con la justificación en blanco, me mirará como quien se cree un cocodrilo y mira a un cervatillo bajo un arcoiris de fuego, yo lo miraré a los ojos. No dire palabra. Le dire con mis aguamarinas, que no tengo tiempo de mamadas, que estoy esperando que despierten las cordilleras de Chile, que no me joda, que los dos renglones en blanco es todo lo que necesita, es todo lo que puedo decir para justificarme. Y eso le bastará.

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Tomo el auricular, le estoy llamando.

--Hola, estás despierta?

--Te estaba esperando (con una voz de vendaval)

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Un poema del poeta Raúl Zurita.


/CIII/
Despertado de pronto en sueños lo oí tras la
noche
"Oye Zurita -me dijo- toma tu mujer y a tu
hijo y te largas de inmediato"
No macanees -le repuse- déjame dormir en paz,
soñaba con unas montañas que marchan...
"Olvida esas estupideces y apúrate -me urgió-
no vas a creer que tienes todo el tiempo del
mundo. El Duce se está acercando"
Escúchame, -contesté- recuerda que hace mucho
ya que me tienes a la sombra, no intentarás
repetirme el cuento. Yo no soy José.
"Sigue la carretera y no discutas. Muy pronto
sabrás la verdad"
Está bien -le repliqué casi llorando- ¿y dónde
podrá ella alumbrar tranquila?
Entonces, casi como si fuera la misma Cruz la que se
iluminase, El contestó:
"Lejos, en esas perdidas cordilleras de Chile"