Image Hosted by ImageShack.us Bodrio Angelical: la facilidad de la lengua.

martes, diciembre 28, 2004

la facilidad de la lengua.

Tan fácil que sería partirnos la madre
agarranos a patadas decentes
puñetazos en las partes "púdicas"
escupirnos el rostro llenos de ira.

Tan fácil que sería la vida amor,
si tan sólo en lugar de decirme te amo
cuando me odias, me pusieras un rodillazo en los wevos
me dijeras que necesitas más orgasmos
y menos palabrería crónica.

Así, sencillo. Como se hacía en la época
de las acciones. Un tiro certero
y adiós tristeza.
Simple y llano, como nosotros.

Pero, el pero de las putas historias,
tienes ese brillo en los ojos del espejo,
negro de amargura y de acciones no realizadas.
Tienes ese olor de gnomo de pantaloncitos verdes
y en realidad te odio
porque (que la chingada) me recuerdas
un pasado imbécil que a veces me hace reir.

Como el tonto del cuento
prefieres reir y hablar y hablar
en lugar de meterme un par de cacalotes
por la frente, ponerme una bofetada
y escupirme a la cara que no soy nadie.

Amor, lindísima del país de las maravillas
toma el látigo que te compré
para nuestras sesiones de sexo violento
y cuando esté mirando a otra parte
y no haya querido cargar tu maleta de doctora
(Médico, me vas a restregar en la cara, eres médica pues)
ponme un par de navajazos de cuero a media espalda.

Amor, eres lo único que amo,
no te rebajes a sólo ser de palabras.
Me dijiste que la próxima vez
que hiciera un berrinche (de esos que me salen tan bien)
me ibas a poner un putazo a media jeta,
entonces ponme un madrazo amor.

Y cuando recibas los correspondientes
no te acobardes, recíbelos como si fueran besos lindura,
no te he de dar más de uno, tal vez tres.
Luego toma mi mano
y bésame en los labios, con energía,
muérdeme con esa sonrisa hermosa que me encanta,
y cuando yo baje la guardia
dame la bofetada más certera de tu vida
dime que a una mujer no se le golpea
que soy un imbécil
una bestia
un bruto,
sabes que tienes razón.

La tendrías aunque nunca te pusiera una mano violenta encima,
y sabes que me amas.
Por eso mismo,
porque soy simple y llano.
Imbécil como pocos se atreven a ser por convicción.

Ingenuo nunca,
ya sabes tiernecita mía,
que hasta para la estupidez hay jerarquías.

Te amo lindura,
y no me pesa decirlo, aunque me oyera todo el mundo,
y todo el mundo creyera que miento.

Que facilidad la de la lengua.