El negro re querido

El negro requerido

Alita me llama y dice: hay un escenario en la plaza del expiatorio, como que va a haber otra actividad.

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Llego a la plaza y me doy cuenta que tiene razón, una onda organizada por el H. ayuntamiento, que es algo como para el día de las madres. Hay mariachi, bailadoras con falda gigante, un wey que cantaba reculero y una danza autóctona.
Para empiorar el asunto, nuestra camioneta del sonido no pudo entrar, pos la de ellos le ganó el lugar y el sonido lo pusimos hasta las 9 : 20

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La lectura, dos dos, pues con los grititos del cantante, la música folclórica y hasta cuetes avientaron no se escuchaba. Con los lectores parece que no hubo mucho pedo, con el público tampoco, pero pues nosotros apenados.

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Fui al hospital por Alita, que su abuela está enferma, que mal pedo.

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Se fue en taxi, y yo me fui a la mutua.

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Vimos a un negro bailador, que nada más se levantaba y todas querían con él. Nada más movía poquito los ojos y una chava se lanzaba a bailar, creo que el pinche negro bailó con todas las de la cantina.
Y la mutua, regresó a sus desmadritos. Después de un largo periodo, en que esta cantina estaba de weva, pues ya volvió con esto de los jueves cubanos. Un montón de viejas muy lindas a bailar. Aunque a todas el negro las traía corticas.
Lo bueno, que yo nomás fui por alcohol, jajajajajajaja.