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Los amigos de Frank Onno lo abandonaron, o lo que sería más exacto, él los abandonó. Cada vez que todo era una marea en la cabeza entre bares, él no estaba. En las peleas contra mostruos de alcohol, él no estaba. Cuando deberían derrotar a las serpientes y follar sus largos cuerpos mortecinos, él ya no estaba. Y no es que los hubiera dejado de un día a otro, simplemente que lo empezaron a fastidiar las mismas peleas y la lid constante por la huída.