Revólver
Revólver
Te inventé un nombre, el cual no me deise llanto repetir cientos de veces; colgue de tus manos palomas treméndamente blancas; y sobre la arena, mirando al sol, me sentí su reflejo y gotas de fuego perlaban mi boca y mi garganta.
Invente otra vida donde no necesitara más sombra que la de mis ojos vacíos. Inventé que era triste y desgraciado, que era un niño de llanto en un día helado cuando hacía oscuridad y estremecerse por olas de calor era constante.
Tomé el revólver que les regalé a mis ángeles sin dedos y los maté de hambre. Tomé una ciudad creada de cactus y velocidad. Tomé pastillas de noche y yesca con sabor químico.
Ahora el revólver da vueltas sobre una mesa que no existe. No va a parar. Cuidé tanto la luz de tu rostro que no me di cuenta que era oscuridad espesa dentro de mi cuerpo.
Naraná naraná naraná na na
Los prisioneros
Estuve las luces de los días dentro de mi cuarto. Cuando salía, me sentía tan extraño a todo. Mi caminar era temeroso. Estuve toda la luz guardándola dentro de mis párpados, para que no escapara ni un poco de la luz de tus manos. Estuve viviendo con los ojos cerrados a pesar del ruido que flotaba como burbujas. Estuve encerrado siglos que me parecieron meses. Y como si la noche fuese interminable, me encontré enterrado en la banca de un parque, donde palomas picoteaban las baldosas de acero. Abrí los ojos para que escapara un poco de tu luz que me cegaba; de tu luz que enfríaba; de tu luz que carcome y destroza.Los prisioneros
Te inventé un nombre, el cual no me deise llanto repetir cientos de veces; colgue de tus manos palomas treméndamente blancas; y sobre la arena, mirando al sol, me sentí su reflejo y gotas de fuego perlaban mi boca y mi garganta.
Invente otra vida donde no necesitara más sombra que la de mis ojos vacíos. Inventé que era triste y desgraciado, que era un niño de llanto en un día helado cuando hacía oscuridad y estremecerse por olas de calor era constante.
Tomé el revólver que les regalé a mis ángeles sin dedos y los maté de hambre. Tomé una ciudad creada de cactus y velocidad. Tomé pastillas de noche y yesca con sabor químico.
Ahora el revólver da vueltas sobre una mesa que no existe. No va a parar. Cuidé tanto la luz de tu rostro que no me di cuenta que era oscuridad espesa dentro de mi cuerpo.
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