La gente de teatro
Por alguna cuestión que desconozco, la gente que hace teatro y yo, no nos llevamos bien. Lo mismo me ocurre, con los pintores, con los fotógrafos y con los que escriben en verso. Pero estaba con los de teatro.... voy a jorobar un poquito, nomás porque el blog es gratis y a nadie le importa una verga parada lo que en estas madres se escriban.... claro, a casi nadie, sólo a uno que otro pendejo retrasado de la parte más blanda del ojo del culito.
Pues nada, fui a la imprenta, a ver qué pedo con un libro, y me dijeron que no ha salido, uta madre... en eso vi un restaurancito de comida vegetariana, de esos que son medio hippie-yuppies puteados y dije, aquí ha de ser bien bara.
Estaba esperando mi lonche de soya sabor a chorizo pituitario, cuando un tipo de unos 40 años, que se decía teatrero callejero, independiente, rocanrrolero, viva el amor, y no la guerra; y que se veía medio gandalla; le hablaba a una niña de unos 17 años (que para que todo el mundo lo sepa, y se imagine la acción: estaba bien buena) acerca de la vida, la libertad, el valemadrismo, los tepanyanquis y los temazcales... diciéndo cosas como, debes ser libre (follemos) no le hagas caso a la hipócrita sociedad, nosotros todo lo podemos, yo soy muy honorable, humilde y además soy un artista que se conforma con divertir al público y no en salir en megaproducciones, que de seguro con el diablo... y más bla bla bla...
Todo perfecto, yo me comía mi lonche con agua de guayaba con glandulas de bartolín en la única mesa compartida por semejantes artistas, cuanbdo la niña se para y dice que se va, que un gusto, que dónde paga y que volverá... nuestro galán en cuestión aprovecha para pedirle su mail (yeah, baby, callme pandajou) y la niña muy linda, se lo da para recibir un abrazo de unos tres minutos y en medio del abrazo pedirle su nombre.... todo bonito, cuanta juventú.
Pero no acaba allí el asunto, yo estaba por terminar mi lonche sabor a páncreas con chancro cuando la niña en papelitos anota su mail, y empieza a repartirrr....... cuando llega a mi mano un papel (Me confundió, creyó que yo era amigo de ellos, por estar en la misma mesa) me dice, para que me llamen cuando hagan temazcales.... y yo, no gracias, yo no hago esas cosas. No sé hacerlas. Bueno, para vernos por allí, me contesta la bellísima infanta, a lo quye mi respuesta digna del principe de asturias contesto: Nel, no me gustan las niñas pendejas.
Sigue una narración bien bonita, acerca de la cultura, de la amabilidad, del arte, de las testosteronas en los partidos en medio, de la vida y de los golpes... jejeje... para terminar, con que la niña se va, el tipo se sienta y yo continúo comiendo mi lonche con agua de cajeta sabor a guayaba congelada en el culo del mundo.
Me despido, diciéndole, pos a ver cuándo hacen un temazcal y te metes bien adentro de la madre tierra, no a su panza, más a bajo...
Yo no mentí, en serio no me gustan las niñas pendejas (o sí?), a pesar de yo serlo, no me gusta la estupidez que no sale por mi boca. Los tipos se quedaron echos un mar de sentimientos y yo me fui en mi bici cantando: we are de champions, chivassssss, wer ar deir Die Melancholie des Unvermogens tros di eittttt...
Pues nada, fui a la imprenta, a ver qué pedo con un libro, y me dijeron que no ha salido, uta madre... en eso vi un restaurancito de comida vegetariana, de esos que son medio hippie-yuppies puteados y dije, aquí ha de ser bien bara.
Estaba esperando mi lonche de soya sabor a chorizo pituitario, cuando un tipo de unos 40 años, que se decía teatrero callejero, independiente, rocanrrolero, viva el amor, y no la guerra; y que se veía medio gandalla; le hablaba a una niña de unos 17 años (que para que todo el mundo lo sepa, y se imagine la acción: estaba bien buena) acerca de la vida, la libertad, el valemadrismo, los tepanyanquis y los temazcales... diciéndo cosas como, debes ser libre (follemos) no le hagas caso a la hipócrita sociedad, nosotros todo lo podemos, yo soy muy honorable, humilde y además soy un artista que se conforma con divertir al público y no en salir en megaproducciones, que de seguro con el diablo... y más bla bla bla...
Todo perfecto, yo me comía mi lonche con agua de guayaba con glandulas de bartolín en la única mesa compartida por semejantes artistas, cuanbdo la niña se para y dice que se va, que un gusto, que dónde paga y que volverá... nuestro galán en cuestión aprovecha para pedirle su mail (yeah, baby, callme pandajou) y la niña muy linda, se lo da para recibir un abrazo de unos tres minutos y en medio del abrazo pedirle su nombre.... todo bonito, cuanta juventú.
Pero no acaba allí el asunto, yo estaba por terminar mi lonche sabor a páncreas con chancro cuando la niña en papelitos anota su mail, y empieza a repartirrr....... cuando llega a mi mano un papel (Me confundió, creyó que yo era amigo de ellos, por estar en la misma mesa) me dice, para que me llamen cuando hagan temazcales.... y yo, no gracias, yo no hago esas cosas. No sé hacerlas. Bueno, para vernos por allí, me contesta la bellísima infanta, a lo quye mi respuesta digna del principe de asturias contesto: Nel, no me gustan las niñas pendejas.
Sigue una narración bien bonita, acerca de la cultura, de la amabilidad, del arte, de las testosteronas en los partidos en medio, de la vida y de los golpes... jejeje... para terminar, con que la niña se va, el tipo se sienta y yo continúo comiendo mi lonche con agua de cajeta sabor a guayaba congelada en el culo del mundo.
Me despido, diciéndole, pos a ver cuándo hacen un temazcal y te metes bien adentro de la madre tierra, no a su panza, más a bajo...
Yo no mentí, en serio no me gustan las niñas pendejas (o sí?), a pesar de yo serlo, no me gusta la estupidez que no sale por mi boca. Los tipos se quedaron echos un mar de sentimientos y yo me fui en mi bici cantando: we are de champions, chivassssss, wer ar deir Die Melancholie des Unvermogens tros di eittttt...
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