Murió Cucho.
Simón, no lo trajeron cuando era muy pequeño. Nosotros lo adoptamos como parte de la familia, a pesar de sus grandes diferencias entre él y nosotros (maldita otredad). Vivió con nosotros (eso espero) los mejores tiempos de su vida. Al principio se le veía triste entre los pasillos y el patio, siempre nervioso y con mucha hambre, cuando llegó estaba un tanto desnutrido el cabroncito. Después de un tiempo, todo fue felicidad, llegó a ocupar un espacio feliz en nuestras vidas, y él lo sabía. No hacía fata más que sonreir para que todo pareciera calma.
El muy maldito se dejaba querer perrunamente (algunas personas tienen esa cualidad sin llegar a dar lástima) cuando llegaba me daba la bienvenida siempre con una maldita sonrisa, y poco a poco, en la casa todos le fuimos tomando cariño.
Cuando comíamos, al ver televisión, hasta en algunas peleas domésticas estaba presente. Le tomamos algunas fotos, lo pensabámos como parte indispensable en nuestras vidas. Tan poco tiempo permaneció entre los vivos, que su cuando no lo volvimos a ver, lo buscamos exhaustivamente; sin embargo, esta mañana, cuando mi madre soltó un grito al día, corri tras ella y lo encontramos muerto. Frío. Ahogado en el depósito. Que la Luna nos perdone por nuestro gran e imperdonable descuido.
En memoria a Cucho, un amigo como pocos.
Sí, ya sé. Es un conejo, ¿y qué cojones con eso!
El muy maldito se dejaba querer perrunamente (algunas personas tienen esa cualidad sin llegar a dar lástima) cuando llegaba me daba la bienvenida siempre con una maldita sonrisa, y poco a poco, en la casa todos le fuimos tomando cariño.
Cuando comíamos, al ver televisión, hasta en algunas peleas domésticas estaba presente. Le tomamos algunas fotos, lo pensabámos como parte indispensable en nuestras vidas. Tan poco tiempo permaneció entre los vivos, que su cuando no lo volvimos a ver, lo buscamos exhaustivamente; sin embargo, esta mañana, cuando mi madre soltó un grito al día, corri tras ella y lo encontramos muerto. Frío. Ahogado en el depósito. Que la Luna nos perdone por nuestro gran e imperdonable descuido.
En memoria a Cucho, un amigo como pocos.
Sí, ya sé. Es un conejo, ¿y qué cojones con eso!
1 Comments:
en serio fue tu mascota o era todo en broma?
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