Y no cambia
Yo no acostumbro quejarme de nada. Nunca me peleo con nadie, ni me meto en broncas, tampoco me rio a las espaldas de mis enemigos después de heberme reído en sus jetas, tampoco soy un hablador irredento con tufo de barrio, mucho menos ando en busca de causas perdidas sólo por el hecho de que se me hinchan los wevos, mucho menos hago pendejada y media esperando que mi vida empeore, en la secundaria (nunca de los nunca) mire al chaval más gandalla y madreador y (nunca) le pude un putazo en la nuca, para que después él me propinara una electroputiza, que cuando algunos amigos preguntaron por qué lo hice, si el culero ni sabía de mi existencia, nunca, jamás, léase bien dije: porque me caga la madre que usemos el mismo uniforme.
1 Comments:
Yo nou entender.
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