Image Hosted by ImageShack.us Bodrio Angelical: Los endemoniados

viernes, mayo 13, 2005

Los endemoniados

Óscar de Pablo, en Los endemoniados, libro editado por CONACULTA en su Fondo Editorial Tierra Adentro y por el cual recibió el Premio Nacional de Poesía Joven Elías Nandino en el año 2004, en la primera parte que da nombre al libro, nos muestra mediante el endecasílabo algo que siempre hemos presentido: Los endemoniados somos la clase obrera.

¿Quiénes si no los seres del estrato más bajo, según la filosofía consumista dominante, estarían emparentados con el símbolo negativo por antonomasía? Y no sólo la clase obrera, sino aquellos que han elegido la lucha de clases, los libres electores del infierno.

Ardua tarea la de traer al endecasílabo a nuestros días, de una manera dialógica, conversacional, uniendo a la poesía social, la vida íntima (con sus dudas y sus certezas de ocho horas y trece minutos) y la mirada del otro, en donde nos vemos reflejados: en un trabajador que se ha partido el alma y la vida en una fábrica (Lucas) y no vas a jubilarte sin contrato, en un estudiante (Marcos) donde Tu sustento fue siempre el idealismo, en un extranjero o fuereño (Mateo) que apenas conoces a esta gente/ y hoy te juegas la vida con ellos, en un obrero (Juan) que hace cantar al metal herido por la broca, que tiene sus dudas acerca de la lucha, pero es que Luchamos porque el hambre y porque el tedio/ porque la dignidad y nuestros hijos.

En Los endemoniados, poema de largo aliento, encontramos a Mateo, a Marcos, a Lucas y a Juan, nombres, también emparentados con los evangelistas, y que sin embargo son el nombre de cualquiera. De cualquiera no en su connotación peyorativa, cualquiera de nosotros que ha visto alguna injusticia y ha levantado la mano, o no la ha levantado y ha quedado pensativo eres tú y los demás y somos todos los que padecemos o podemos padecer el mundo, los de las manos sucias y la mirada triste.

Los que podemos parar el mundo, el movimiento y la ausencia de movimiento, los engranes de la vida, los objetos. La clase obrera.
Un tema francamente difícil, después de tanta tinta que se ha unido a este canto. Recordamos a Ernesto Cardenal y su guerra contra las companys estadounidenses, a Neruda y su retirada “ante la Ley Maldita”, tal vez a la frase surrealista bretoniana “la poesía al servicio de la revolución” y a tantos otros que parecieran ser un termómetro de la sociedad.

La segunda parte de Los endemoniados se divide en tres: “Con tus nombres en las manos”, “Dos acompañamientos verbales para piezas de pianos” y “Tres sonetos y ningún ángel” de un tono, tal vez, un tanto más intimista, se pasea por la música de Robert Schumman y en las reacciones corporales que deja escuchar a Frédéric Chopin. Un Soneto a la ausencia de la mujer amada, y nuevamente el tema social, una guerra civil contra la guerra.

Sin más, grato público, los invito a leer Los endemoniados, de Óscar de Pablo Hammeken teniendo en mente, que la lucha de clases es un tema que nos atañe a todos, más aún, en este México gobernado por un empresario dirigido por empresarios y en donde el componente humano, parece ser el único valor del cual se puede prescindir o dilapidar.

Aleluya!
Marco Antonio Gabriel

2 Comments:

Blogger Chrontázar said...

Oye, Lucas, Juan, Marcos y Mateo son evangelistas, no hay pedo?
Salud por la poesía joven...

9:58 p.m.  
Blogger VilCapote said...

Jajajajajajaja...

Ah neta, edá. jajajajaja...
eso quise decir, pero dije otra cosa.
Thanks Chiva Loco por corregir mi errata. Lo voy a cambiar.

8:27 a.m.  

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